
Rescatar al cuerpo a menudo se hace imprescindible. No está muy claro el límite entre el cuerpo y la mente. Lo físico es irrefutable, todo lo que pasa por nuestros sentidos y se procesa en la mente es nuestra prueba más fiel de «la» realidad. ¿Es nuestro ánimo también una prueba irrefutable? La fuerza con la que nuestro puño cae sobre la mesa, que astilla la madera, que hace vibrar los objetos que se encuentran sobre ella, ¿es ánimo o es cuerpo?